En el currículo costarricense de Matemáticas se introdujeron tres niveles de complejidad creciente con el propósito de que en la acción educativa se estimularan capacidades cognitivas superiores dentro de una estrategia nacional.
Con base en el programa de estudios, es posible sistematizar algunos indicadores para consignar el nivel de complejidad de un problema.
Los términos que se usaron fueron tomados del marco teórico de las pruebas PISA de la OCDE en el 2003, aunque no corresponden enteramente a lo que PISA entendía por ellos. Podrían haberse denominado de otra manera, por ejemplo: Nivel de complejidad A, Nivel de complejidad B, Nivel de complejidad C.
Los niveles de complejidad están asociados a la intervención de los cinco procesos matemáticos. Esta intervención se puede aproximar con grados de procesos, y para ello se pueden establecer indicadores precisos. Si predominan los indicadores de grado 1 se trata de un problema de reproducción, si dominan los de grado 2 sería de conexión y si son los del grado 3 pues sería de reflexión.
En el siguiente video se explica cómo a partir del grado de activación de los procesos matemáticos se puede establecer el nivel de complejidad de un problema o tarea matemática.
A partir de lo expuesto en el anterior video se presenta el siguiente ejemplo con el proceso matemático Razonar y argumentar:
El siguiente video forma parte de una colección de recursos producidos por el Proyecto Reforma de la Educación Matemática en Costa Rica. En él se expone la asociación entre los niveles de complejidad y la Estructura de Intervención de los Procesos en los Problemas.
Puede ampliar este tema consultando el canal del proyecto Reforma de la Educación Matemática en Costa Rica.